Mis convicciones ideológicas a veces son sacudidos por la realidad que vivo. Pienso que no son mis valores o ideales los que temblequean sino la falta de valor a comprometerme a pleno y sin ambiguedades. Los miedos parecen siempre mutar, sacar nuevas cabezas o colas puntiagudas pero a medidas que los voy confrontando veo que no son mas que creaciones de mi mente o la mente histórica que he heredado de generaciones pasadas y gradualmente se desvanecen o en el peor de los casos se re-acomodan.
Hasta el momento las necesidades económicas siempre han sido cubiertas. Innegablemente con ayuda de mi hermano y su familia y al hecho que nuestra forma de vida es muy frugal y poco ambiciosa. No obstante, en el fondo de mi interior siento el cosquilleo de la incertidumbre. Por otro lado, también siento la confianza que todos los pasos que nos condujeron hasta aquí fueron guiados por la luz y que esa misma luz nos seguirá encaminando y porqué no proveyendo? Mis esfuerzos fallidos de dar manotazos de ahogado me llevan a navegar con más calma enfocando mis energías en el plan original de poder aminorar nuestra dependencia con los terciarizadores de servicios y productos.
El lema "volver a la fuente" sigue tocando las puertas de mi corazón pero en reiteradas ocasiones lo siento como algo más allá de mi capacidad, casi como un objetivo utópico e inalcanzable, pero luego me encuentro con la tierra generosa, el agua abundante, el cielo límpido y despejado, el sol incansable, las montañas robustas e incontenibles, la gente simple y nuevamente me reconforto con el convencimiento que hay mucho por ganar al intentar vivir la vida autenticamente y alineada a mis ideales... tal como dice la canción: "La renta, el sueldo, el trabajo en la oficina, lo cambie por las estrellas y por huertos de harina, me escapé de la rutina para pilotear mi viaje por que el cubo en el que vivía se convirtio en paisaje. Yo era un objeto esperando a ser ceniza un día decidí hacerle caso a la brisa, a irme resbalando detrás de tu camisa no me convenció nadie, me convenció tu sonrisa y me fui tras de ti persiguiendo mi instinto si quieres cambio verdadero pues camina distinto..."
Y el futuro? "...yo espero que mi boca nunca se calle, también espero que las turbinas de este avión nunca me fallen, no tengo todo calculado ni mi vida resuelta solo tengo una sonrisa y espero una de vuelta. Yo confío en el destino y en la marejada, yo no creo en la iglesia pero creo en tu mirada..."
El futuro lo percibo como mucho más que una jubilación cómoda asegurada, la educación universitaria para mis hijos, o una casa paga. El futuro es un continuar de un presente pleno, un ramillete de experiencias genuinas, el amor construido basado en la confianza en uno mismo y en la ayuda mutua de quienes nos rodean para que exploremos nuestros sueños y sus posibilidades. El futuro es otra aventura.
En solo dos meses nos mudaremos para vivir en la finca. Allí el ambiente, el entorno y las actividades nos abrirán un nuevo capítulo en este viaje mítico. En cuanto a lo recorrido, quiero agradecerle a muchas personas pero en particular a mi esposa Lila quien ha sido un pilar más fuerte de lo que nunca hubiera imaginado. A mi hermano Felipe, quien ha sido mi mejor amigo, apoyo y ayuda. A mis hijos, Jiva, Ananda y Bali por sobrellevar con alegría, respeto y atención todos los enormes cambios y desajustes en sus vidas y al modo de ver y hacer en el mundo. A mi querida amirmana Gandini por estar pendiente de nuestro bienestar y estar entre nosotros más allá de la distancia. A Dios por aún estar presente o al presente por aún estar en Dios, o bien a la simple magia que se manifiesta en todo lo que nos pasa.