Totalitarismo Invertido... esta es una buena expresión para describir la realidad política en este país. Gente como Noam Chomsky han venido advirtiendo sobre el fascismo durante años. Tenemos una gran apatía pública y un paisaje urbano descentralizado que hacen que los levantamientos cívicos en contra de este sistema fracasen. He estado pensando lo mismo acerca de Obama recientemente. Si no cambian las cosas y el sistema de oscilación no tilda en favor del pueblo, la cosa en estos lugares se va a la mierda y nuestra vidas serán afectadas indefectiblemente. Estoy hablando histeria en masa, crisis política y económica. Cuanto más aumenta el desempleo, más gente se preocupa. El otro problema es la enorme deuda nacional que con Bush casi se duplicó. A todo esto EE.UU le debe dinero a China y a todas partes, y es inevitable que estas relaciones van a cambiar en cuanto la crisis económica continue haciendo su marca. En cuanto a los medios corporativos, si queres noticias reales, solo las puedes obtener de los periódicos y los medios de comunicación independientes como Democracy Now! y The Nation o la blogosfera. Aunque de vez en cuando se escuche o lea uno que otro atisbo de verdad en los medios de mayor circulación, por lo general son solo propaganda oficial.
Si venis observando algunas señales de esto que estoy hablando te recomiendo enormemente darle un vistazo que acabo de traducir y postear aqui:
Reconocido académico advierte del totalitarismo rampante en Norteamérica
Democracia Corporativa
Democracia Gestionada y el espectro del totalitarismo invertido
Por Sheldon S. Wolin
Princeton University Press. 376 págs. $ 29.95
Los Estados Unidos, si no cambia de rumbo radicalmente, se convertirá en un estado totalitario. Ese es el argumento de Sheldon S. Wolin "Democracia Corporativa”.
Esto no es política solapada. Se trata de una ponencia estupenda, matizada, y la disección detallada de la abyecta caída del sistema político norteamericano por uno de los teóricos y academicos de política más preeminente de la nación. Es un trabajo que se encontrará en la misma categoría que una de las piezas más importantes de la filosofía política del nuevo siglo. Wolin, quien enseñó la filosofía política en Berkeley y Princeton, deja en claro en su ensayo, que es evidente que al menos que Barack Obama radicalmente reestructure las empresas industriales y la maquinaria industrial-militar, nuestra democracia está condenada.
Wolin utiliza el término totalitarismo invertido para describir el descenso en el despotismo. El totalitarismo "invertido" no gira en torno a un demagogo o líder carismático, como lo hacen los diferentes tipos de totalitarismo "clásico". Los centros de poder del totalitarismo invertido son las empresas corporativas y por lo general son poderes anónimos. No desacreditan abiertamente la democracia. Por en contrario, rinden homenaje al ideal democrático, el patriotismo, y la Constitución, mientras que en silencio subvierten las instituciones democráticas.
El New Deal es lo más cerca que la nación llegó a una democracia popular, de acuerdo con Wolin. Pero el desarrollow del país en su carrera a volverse una superpotencia después de la Segunda Guerra Mundial dio lugar, en los ojos de Wolin, a una cada vez más docil y domesticada democracia o "democracia dirigida". El poder ilimitado de una élite empresarial hizo posible el totalitarismo invertido. Se ha desarrollado "imperceptible", escribe, "impredeciblemente”, y, en aparente ininterrumpida continuidad con la tradición política del país".
En el totalitarismo invertido, legisladores maleables son elegidos por los ciudadanos, quienes a su vez están completamente endeudados con los ejércitos de los grupos de presión corporativos (lobbyists and interest groups). A su vez, los medios corporativos, que controlan casi todo lo leído, veisto o escuchado, de bloquean las críticas contra los poderes y abusos corporativos (por ejemplo, que Wolin nombra es Ralph Nader) imponiendo una masa uniformidada de opinión.
En los regímenes totalitarios como el fascismo nazi o el comunismo soviético, la economía estaba subordinada a la política. "Bajo el totalitarismo invertido", escribe Wolin, "lo contrario es cierto: la economía domina la política - y con tal dominación vienen distintas formas de crueldad."
Es difícil discutir con la tesis de Wolin, sobre todo porque cientos de miles de millones de dólares de las contribuciones impositivas de ciudadanos corrientes se canalizan a Wall Street, mientras que el resto de nosotros nos preguntamos si tendremos trabajo el próximo mes.
"El nuevo sistema, el totalitarismo invertido, es un sistema que de hecho es justamente lo contrario de lo que profesa" Wolin escribe. "Renuncia a su verdadera identidad, confiando en que sus desviaciones serán normalizadas como parte de un «cambio». "
Wolin señala que los redactores de la Constitución de los Estados Unidos desconfianzaban y, a menudo temían la democracia popular. Establecieron restricciones constitucionales - el Colegio Electoral es una de ellas - para proteger el poder de la élite. El surgimiento de la democracia fue un proceso lento, de ardua lucha, década tras década de enfrentamientos entre los ciudadanos contra la élite. La República existe desde hace tres cuartos de siglo antes de la finalización oficial de la esclavitud. Pasaron luego otros 100 años antes que los afro-americanos obtuvieran derecho de voto. No fue hasta el siglo XX que las mujeres obtuvieron el derecho a votar y los sindicatos han podido participar en negociaciones colectivas.
"Lejos de ser innata", Wolin escribe: "la democracia en América ha ido una lucha contra la corriente, muy en contra de la forma con la cual el poder político y económico del país ha sido y sigue siendo ordenado".
El secuestro del gobierno por parte de las empresas ha permitido que el complejo militar-industrial (que, en un hábil juego de manos, ya no se considera parte del gobierno) pueda purgar al país. "Un Gran gobierno puede ser el problema", Wolin bromea y dice ", pero la solución es militar." Los programas sociales implantados por el New Deal se han reducido o eliminado como parte de la "abdicación selectiva de la responsabilidad gubernamental por el bienestar de la ciudadanía" al amparo de la reducción de costes y la mejora de "la eficiencia". El presupuesto de defensa o presupuesto militra oficial de EE.UU. para el año fiscal 2008 es de $ 623 mil millones. El siguiente más cercano es el presupuesto militar nacional de China, en $ 65 millones, de acuerdo con la Agencia Central de Inteligencia. Y, sin embargo, aun en medio de nuestro colapso económico, los dos principales partidos políticos se niegan a cuestionar el derecho del complejo militar-industrial de atragantarse a sí mismo con el dinero de los contribuyentes.
El imperialismo y la democracia son, Wolin escribe, incompatibles. Pero la política imperial es lo que tenemos, y siendo que nuestros dirigentes se niegan a limitar los recursos destinados al mantenimiento del imperio, la democracia perecerá.
"La política imperial representa la conquista de la política interna y su conversión en un elemento crucial de totalitarismo invertido", Wolin escribe. "No tiene sentido alguno pedir a la ciudadanía que ‘participe’ de forma substancial en la política imperial de fondo; por lo que no es de extrañar que el tema del imperialismo es un tabú en los debates electorales".
Wolin sólo tiene un punto ciego, es uno muy pequeño. Él cree que nadie se opone activamente contra la situación en la que nos encontramos, porque las vidas de las personas son "materialmente tolerables y seguras" en los Estados Unidos. Pero esto ignora lo que le está pasando a los consumidores y las personas que trabajan en la actual recesión económica de este país. Mientras cada día decenas de miles de trabajadores se suman a las filas de los desempleados, mientras ven cómo sus hogares como están siendo rematados, y que no pueden pagar seguro de salud y no tienen acceso a la medicina, esto podría convertir fácilmente al totalitarismo invertido en un totalitarismo clásica. Con demasiada frecuencia los demagogos también surgen de la carroña y rapiñan de la desesperación de los que sufren las crisis convirtiéndolos en sus presas.
Chris Coberturas Es autor de varios libros, entre ellos, en 2008, "Yo no creo en Ateos" y "Daños colaterales: la Guerra contra la población civil iraquí."
Traducido por: Antonio Iacopino
Artículo original: http://www.greenchange.org///article.php?id=4132
